Se trata de ti

A pesar que Moisés había sido criado como parte de la familia de rey con todos los beneficios y ventajas había algo diferente en él. Él no lo sabía pero dentro de sí, el sentía una compasión por aquel pueblo que era esclavizado. Dentro de él, había algo que lo identificaba que a pesar de haber sido educado como un príncipe egipcio no pudo quitar la identidad real de quien él era Un Hebreo.
En lo personal me encanta la historia de Moisés, está llena de tantas cosas maravillosas donde podemos ver el inmenso amor de Dios por su pueblo. Pero hay algo muy importante que Dios puso en mi corazón y es que a pesar de la manera que Moisés tuvo que ser desprendido de su familia y ser criado con costumbres diferentes y hasta creencias diferentes, Dios lo detuvo en el camino y le presento su majestuoso plan de salvación para un pueblo que estaba siendo oprimido y que Él tenía como plan sacar de ellos al salvador del mundo. ¡Que maravilloso verdad! Solo Dios puede sacarnos de nuestras tragedias para luego convertirlas en victoria.
Pero lo que me detuvo a pensar es que Moisés, pudo de algún modo usar sus influencias y haberse quedado en Egipto, o con el tiempo regresar y volver a tener la misma posición que tenía. Él pudo sentirse superior aquel pueblo que era esclavizado y sentir que él no tenía que ver nada con ellos, mas él sabía que él era parte de ese pueblo y aunque el huyo de la realidad de enfrentar su verdad, Dios lo confronto y él tuvo que entender que no se trataba del faraón, ni de su hija que lo había criado como un hijo, ni de una posición con privilegios, sino que se trataba de él.
Cuando Dios confrontó a Moisés en el monte Horeb, Moisés tuvo que tomar una posición, sin pensar en cual había su pasado, en ese momento era Dios y el. Moisés pudo exponer todas las excusas que pudo, pero Dios tenía todas las respuestas necesarias. Confusión, miedo, temor, falta de valor, falta de seguridad en sí mismo si, tal vez todo eso pasó por la mente de Moisés, pero dos cosas hicieron la diferencia valentía y fe.
Yo no sé cuántos de lo que están leyendo esto en este momento se encuentran en la misma posición de Moisés. Naciste con costumbres diferentes, una creencia diferente, tu familia no cree en Dios o creen en muchos dioses, tu esposo o esposa no cree en Dios o en el propósito de Dios en tu vida. Tú quieres servir al Señor Jesucristo, pero tu esposa o esposo no, pero sientes ese fuego dentro de ti. Quiero decirte que se trata de ti. Dios te está llamando a ti y tu solo tú decides si caminas en su propósito o si te mantienes atado a las costumbres, creencias y dependencia de otras personas. Esto es algo muy personal, la salvación es individual y personal. La decisión de servir a Dios y caminar en su propósito es sola tuya no depende de nadie ni nada, porque nadie puede obligarte hacer lo que tú no deseas. Es muy importante que sepas que el enemigo puede usar pensamiento que te hagan depender de otras personas para hacer cosas importantes, que te haga sentir con tu autoestima tan baja para sentir que no puedes hacer la cosas por ti solo, pero déjame decirte Dios no depende de tu posibilidades, Dios es suficiente para poder hacer de ti lo que el desee. Dios no te ve como tú lo haces, él te ve con la capacidad maravillosa que él puede crear en ti.
Si tú has estado mucho tiempo dándole excusas a Dios de que no le sirves por esto o lo otro, recuerda que Dios conoce nuestros corazones y al no podemos engañar. Esto es algo que solo se trata de ti, tu salvación, tu relación con Dios, el plan de Dios en tu vida, tu lugar en el cielo, lo que tu responderás cuando se te llame a cuenta por lo que has hecho aquí en la tierra. Nadie estará ahí por ti, solo tú. Si te preguntas porque no te sientes en paz porque no disfrutas las cosas, porque te sientes que algo te falta, como un vacío dentro de ti, que las pocas alegrías se van rápido. Es que no estás viviendo en el propósito de Dios y que Dios no está en las prioridades de tu vida. Pero me dieras; pero yo oro, yo leo la biblia, yo soy buena(o) te puedo decir que hay miles de personas que oran, leen la biblia y son buenas pero no han recibido a Dios en su corazón y solo hacen esas cosas para sentirse “tranquilos o aparentar” Un encuentro con Dios, vivir para Dios, sentir, amar, trabajar para Dios es muy diferente, se trata de vivencia y convicción. Es estar parado sobre la roca y no permitir que nadie te mueva.
Es tiempo de dejar las excusas y cambiar, antes que sea muy tarde y no puedas ver las cosas maravillosas que Dios tiene para ti. No se trata de nadie más, se trata de ti.
-DL