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¡Dios te Bendiga!

Monday, January 19, 2015

¿Para quién trabajas para la viña o el Señor de la viña?


Hace un tiempo escuche este refrán; ¿Para quién trabajas para la viña o el Señor de la viña? Y nunca lo entendí hasta que llegaron situaciones en mi vida en la cual me di cuenta de que yo estaba sirviendo más a la viña que al Señor de la viña.
Cuando conocemos a Dios, estamos tan emocionados y tan agradecidos de lo que Él ha hecho en nuestras vidas y estamos en ese Primero Amor, donde todo en nuestra vida es Dios, como debe de ser. Queremos compartir este hermoso mensaje de salvación con muchas personas y empezamos a predicar, muchos a cantar, otros a enseñar en fin todos nos envolvemos de una manera u otra.
Al principio estamos enfocados que lo que hacemos lo hacemos para Dios. Pero cuando pasa el tiempo son tantos los compromisos, es tanto el afán que comienza a desmerecer ese primer amor. Entonces la razón por la que predicamos, cantamos, enseñamos ya no está porque no tenemos el tiempo de hablar con Dios y tener una relación con El.
Si, nosotros perdemos la comunicación con Dios jamás nuestros ministerios tendrán sentido, pues quien nos dirige es Dios a toda verdad. ... entonces, como promete Jesús, nos guía “en toda la verdad” (Jn 16,13)
He visto muchas veces que en una compañía grandes muchas veces los empleados no conocen al jefe y ellos continúan haciendo la labor que les indican, pero ellos no saben cuál es el motivo por el cual ese jefe decidió hacer esa empresa, cuáles son sus metas y cuáles pueden ser sus beneficios. Muchos llevan años en una empresa y ni siquiera saben el nombre del jefe.
Sencillamente debe haber una relación entre Dios y nosotros para llevar a cabo todo lo que hacemos para El. Lamentablemente muchos hace tiempo trabajan para la viña y no se acuerdan de Dios. Por esos que sus ministerios se han convertidos en negocios, en asociaciones en algo más del montón, donde no falta los escándalos y los problemas. Muchos dirán que eso pasa en la obra de Dios; si la obra de Dios suele ser perseguida e injuriada, pero jamás trae escándalos, ni daña el testimonio del evangelio.
En Mateo 6:33 dice; Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
El reino de Dios es lo que nosotros hemos aceptado cuando conocemos a Dios, hemos aceptado por medio de la fe en Jesucristo que hay un reino en los cielos, donde Jesucristo ha sido elegido para ser Rey. Cuando decimos el modelo de la oración que Jesús nos dejo dice; Venga a nosotros tu reino. ¿Y que hay en reino de Dios? Justicia, si justicia para ti y para todos. Ella es la misma que nos lleva a ser verdaderos y justo en todo lo que hacemos. Solo Jesús, puede decirnos como impartir la palabra con amor, verdad e igualdad.
Cuando tú te afanas y dejas de buscar a Dios para estar más al pendiente de tu ministerio, estás trabajando solo, no estás trabajando para Dios, tu estas totalmente desconectado del reino de Dios y su justicia. Por eso muchos pastores, evangelistas, adoradores, maestros han perdido el enfoque y se vuelven orgullosos, interesados y ponen sus ministerio primero que una alma, la cual cristo murió por ella en la cruz.
¿Cuántas veces han pedido hablar contigo y has dicho que no tienes tiempo?
¿Cuántas veces te han dicho que una persona está enfermo y tú ni oras por él?
¿Cuantas veces has veces has visto una persona en necesidad y tú ni te preocupas?
¿Cuántas veces has visto un deambularte en la calle y tú no le dices ni Dios te bendiga?
¿Cuántas veces has tomado el tiempo de cuando terminas de ministrar sentarte con los hermanos y compartir con ellos?
¿Cuántas veces a deja de ir a una iglesia porque no hay suficientes personas o dinero?
Si tu respuesta fue negativa, te diré que no estás en las justicia de Dios y menos compartiendo lo que Jesús en su reino quiere nos quiere dar.
Ahora…
¿Desde cuándo no hablas con Dios?
¿Desde cuándo no lees la Biblia con deseos de que Dios te hable?
¿Desde cuándo no llamas al Espíritu Santo y sientes sus caricias?
¿Desde cuándo te dejaste seducir por las ofertas y la vanagloria?
¿Desde cuándo empezaste a tomar las decisiones tu solo?
¿Desde cuándo no sientes esa pasión que tenías en tus comienzos?
¿Desde cuándo comenzaste a sentirte cansado y pensar esto no vale la pena?
¿Desde cuándo no sientes gozo por lo que haces?
Puedo hacerte muchas preguntas más pero con estas preguntas tú sabrás cuan desenfocado estas del propósito de Dios y tú le sirves a tu ministerio y no a Dios.
A veces es muy difícil de darse de cuenta de estas cosas, porque sin darnos de cuanta el enemigo usa hasta nuestro deseo de agradar a Dios, para luego introducir, orgullo, arrogancia, indiferencia, vanagloria, desapego, por Dios. Por eso es que si tu no estas sujetado a Dios todo lo que hagas no va a funcionar por el enemigo va a tomar ventaja de que el verdadero propósito no está en tu vida.
Te invito que analices tu vida, analices tu ministerio y veas cuales son los resultados hasta ahora.
Piensa en el triste que ha de sentirse el Señor cuando su pueblo se desenfoca y utiliza su nombre en vano. Así como lo hizo Israel, cuando leemos en el libro de Ezequiel. Recuerda que Dios no puede ser burlado y que tarde o temprano lo que no es para Dios, no permanece.
Tu eres un instrumento de Dios, no permitas que el enemigo te utilices para su beneficio y te conviertas en un tropiezo para otros. Ríndele honor a Dios siendo un buen ministro, honrado, dignó, capaz, integro pero sobre todo humilde y fiel a Dios.
Procura con diligencia presentarte á Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15

Por: Dimary Lasso

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